Todos tenemos claro que a la hora de bajar de peso y mejorar nuestra composición corporal el ejercicio físico juega un papel imprescindible. ¿Pero sabemos realmente qué tipo de ejercicio es el que da mejores resultados en cuanto a la pérdida de grasa?
La elección más popular es sin duda el ejercicio aeróbico. La mayoría de la gente se decanta por realizar largas horas en la elíptica, en la bicicleta o en la cinta de correr. Pero son pocos los que realmente optan por un programa de fuerza ó alta intensidad.
Comparando estos tipos te entrenamiento observamos que todos tienen beneficios que pueden acercarte a tus objetivos, pero ¿cuál es realmente el más efectivo?
Para salir de dudas, un grupo de investigadores realizaron un estudio en el que se comparaban los efectos de diferentes tipos de entrenamiento sobre la pérdida de grasa.
Los resultados muestran que la práctica habitual de cualquier tipo de ejercicio afecta principalmente al porcentaje de grasa corporal y a la masa magra, pero tiene un efecto mínimo sobre el Índice de masa corporal (BMI).
En este estudio, el grupo que realizaba entrenamiento de fuerza experimentó un incremento en su masa magra y a su vez un descenso en el porcentaje de grasa. Sin embargo el grupo que realizaba ejercicio aeróbico únicamente consiguió reducir su porcentaje de grasa corporal.
Además, se ha observado que los efectos de los diferentes tipos de ejercicios variaban según el porcentaje de grasa corporal de los individuos. En aquellos con un nivel normal de grasa corporal, el ejercicio afectó principalmente a su masa magra, independientemente del tipo de ejercicio. Por el contrario, en los voluntarios con sobrepeso y obesidad el ejercicio afectó principalmente a su porcentaje de grasa. Sin embargo en este grupo, la naturaleza del ejercicio sí parecía afectar de forma significativa a los resultados. Concretamente el grupo que realizaba entrenamiento de fuerza consiguió una mayor pérdida de grasa que aquellos que realizaban únicamente ejercicio aeróbico. Y de hecho el ejercicio aeróbico únicamente afectó a aquellos participantes con sobrepeso, pero no tuvo ningún efecto sobre los participantes con obesidad.
Cada vez hay mayor evidencia apoyando el entrenamiento de fuerza como una de las herramientas más efectivas en el proceso de recomposición corporal, mejorando tu masa magra y reduciendo tu porcentaje de grasa corporal, especialmente en aquellas personas con obesidad.